Fotografía de Silvia Flich |
Los nacionales tratan de reorganizar sus defensas arrolladas y, en un golpe de fortuna e intuición táctica, el Batallón de San Fernando 268 se sitúa en el cerro del “Castillo” de Abánades, aún no ocupado por los republicanos, que pasa a ser la posición nacional más avanzada en el sector sobre la que apuntalan una línea de contención enlazando el resto de posiciones que aún conservan sobre el Tajuña. La doctrina de los nacionales es utilizar los refuerzos para contraatacar en lugar de aumentar la densidad defensiva y eso es justamente lo que comienzan a hacer las reservas divisionarias de la 75 y la aledaña 74 División que son enviadas al sector en un primer momento, consiguiendo ralentizar la progresión enemiga río arriba. La ofensiva republicana parece haber roto ampliamente el frente, pero tras la reorganización que los nacionales han llevado a cabo en enero, su dispositivo defensivo no es lineal –como recogen los informes de la inteligencia miliar republicana– sino que se escalona en profundidad mediante núcleos de resistencia. Estos pueden apoyarse entre sí o defenderse de forma autónoma, ubicados en puntos idóneos de la orografía del terreno para cruzar el tiro de fusilería y armas conforme a un plan de fuegos preestablecido, lo que crea con precisión geométrica auténticos campos de muerte para los infantes republicanos que difícilmente podrán superar sin el apoyo de sus carros.
Mientras tanto, el mando nacional se las ve y se las desea para evitar que el enemigo explote la ruptura y progrese en profundidad dando pie a un desmoronamiento general. Consumidas las reservas divisionarias se empieza a trasladar tropas de otros frentes con la mayor velocidad que permite su red logística y en esta desesperada carrera de refuerzos empiezan a confluir en el Alto Tajuña prestigiadas unidades de choque nacionales. La primera en llegar es la 152 División Marroquí del General Rada, quien el 1 de abril asume el mando del sector entre el Tajuña y el Ablanquejo. Por su parte, el mando republicano no quiere perder la iniciativa y valorando que elimprovisado dispositivo enemigo hace poco viable la carretera de Renales y la progresión por el flanco izquierdo de la ofensiva, optan por dislocar su sistema de fuerzas trasladando a la 66 BM, de la 6ª División, que aún no ha entrado en combate, al sector de Abánades, combate, para que avance flanqueada por la 39 BM –a la izquierda– y la 2ª BM –a la derecha– hacia Cortes de Tajuña y Luzaga. El día 2, al no haber recibido el apoyo de sus carros, pero sí el constante castigo de la artillería y aviación nacionales, los republicanos se ven detenidos con numerosas bajas ante las posiciones de la Nava. El día 3 la 39 BM consigue abrirse paso por el flanco izquierdo apoderándose de la cota 1.120 sobre el Tajuña y continuando su avance hasta alcanzar vértice Valdelagua, de donde es rechazada por el contraataque de la I Bandera de la Legión. Por el centro la 66 BM se desangra en ataques y contraataques mientras el apoyo de sus carros deja mucho que desear y en el flanco derecho la 2 BM se atasca en la cota 1.190.
Fotografía de Silvia Flich |
El mando republicano da órdenes cada vez más expeditivas para reanudar el avance y el día 4, la 66 BM consigue finalmente apoderarse de las posiciones de la Nava, mientras la 39 se sujeta en la cota 1.120 frente a la I Bandera del Tercio y la 2 BM ha conseguido tomar la 1.190. En esta maniobra, las fuerzas nacionales defensoras del 20 Batallón de San Quintín, el 267 de San Fernando y el 266 de Cazadores del Serrallo son envueltas sufriendo graves pérdidas, sobretodo el 266 del Serrallo que queda virtualmente deshecho. Los republicanos prosiguen hacia las posiciones de Cabeza de Océn, pero sus bajas son inaceptables y la ausencia de reservas hace cada vez más precario el avance, además de tener que limpiar aún algunos focos de resistencia. Los nacionales, en cambio, siguen recibiendo refuerzos y la llegada de la 2ª Brigada de la 61 División de Navarra del Coronel Muñoz Grandes, bajo el mando del Tte. Coronel Esparza el día 5, permite preparar un contraataque de entidad para tratar de recuperar la Nava al día siguiente.
El día 6 marcará el punto de inflexión en los combates: las fuerzas republicanas reciben orden de pasar a la defensiva en todo el frente y los nacionales toman la iniciativa con abundantes recursos. La I Bandera consigue finalmente expulsar al 154 Bon. de la 39 BM de la cota 1.120 y, lo que es peor, la 2 BM pierde la cota 1.190 ante el ataque del III Bon de Arapiles. Caídos los flancos, los requetés del Tercio de Nuestra Señora del Camino se lanzan al asalto del sector central defendido por la 66 BM, que cede las posiciones centrales aunque la avanzadilla quedara en manos republicanas. Recuperada la mayor parte de laNava, los nacionales intentan lo mismo con vértice Cerro vadeando el Tajuña para envolver por el oeste las posiciones que defiende la 138 Brigada Mixta de la 33 División. El 550 Batallón defenderá Vértice Cerro hasta el día 8 de los ataques de la infanteria nacional bajo el machaque constante de la artillería y la aviación. Los combates llegan a las alambradas y algunas posiciones avanzadas cambian de manos en los lances del combate, pero los defensores consiguen mantener la línea alcanzada, que conservaran durante el resto del conflicto.
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