Asociación de Amigos de los Espacios Históricos de Abánades

Asociación de Amigos de los Espacios Históricos de Abánades - Museo Histórico, C/ Puente de las Eras, Nº 5, 19432 Abánades (Guadalajara) España.

martes, 31 de marzo de 2020

La ofensiva del Alto Tajuña - Primera Parte

La ofensiva del Alto Tajuña

Englobar la ofensiva del Alto Tajuña dentro de las batallas menores de la guerra resulta problemático, al menos en lo que respecta a su escala. Intervinieron varias divisiones, decenas de miles de hombres, abundante artillería, carros de combate, aviación… Las bajas casi igualan las de la batalla de Guadalajara. Sus objetivos eran limitados a nivel estratégico –se trataba de una ofensiva de distracción-, pero ambiciosos en el plano táctico –cortar la Carretera de Francia y penetrar 20 kilómetros en la retaguardia enemiga-.


La génesis de la operación[1] podemos ubicarla a principios de marzo de 1938. El día 7 se había desencadenado la ofensiva franquista en Aragón, logrando abrirse paso a través de las líneas republicanas en el entorno de Belchite. En las siguientes jornadas el desastre se fue consumando, y la práctica totalidad de Aragón cayó en manos de Franco. Urgía hacer algo desde el inactivo frente del Ejército del Centro. El 11 de marzo de 1938, Cipriano Mera fue convocado por Miaja para proyectar un ataque por su sector en auxilio del Ejército del Este.

Cipriano Mera, Jefe del IV Cuerpo de Ejército
La zona escogida por Mera fue el sector oriental de su frente, el Alto Tajuña. Era la zona guarnecida por la 33ª División, entre el entorno de Torrecuadradilla y el río Linares. Un área caracterizada por las amplias lomas delimitadas por barrancos, altitudes superiores a los 1000 metros, y muy escasa vegetación de entidad, pese a que en los meses anteriores las lluvias habían sido muy intensas. Pequeños pueblos se alternaban con grandes extensiones de monte, y espacios ganaderos, en los que abundaban pastos, parideras y corrales.

Mera contaba para la operación con una masa de maniobra formada por las Divisiones 5ª (2 y 39 brigadas mixtas), 6ª (66 y 75 brigadas) y 14ª (28, 70 y 98 brigadas). La 33ª División (65, 136 y 138 brigadas) había de quedar guardando la línea. Una compañía de carros apoyaría el avance. Frente a las fuerzas del IV Cuerpo, la 75ª División franquista, compuesta por 13 batallones, más zapadores, artillería y servicios. Los cerros de la zona (La Nava, La Molatilla, La Mocasilla, Puntal del Abejar…) constituían auténticas fortalezas naturales, que los defensores habían reforzado convenientemente. Destacaban especialmente las fortificaciones de La Nava, en Abánades y La Mocasilla, en Sotodosos concienzudamente diseñadas según las últimas directivas de Franco.

Soldados catalanes de la 138 Brigada Mixta en Torrecuadradilla
Mera y su Estado Mayor fueron asistidos en la preparación de su ofensiva por el Ejército del Centro, y las conferencias con Miaja y Matallana y los asesores soviéticos fueron frecuentes en vísperas del ataque. El objetivo inmediato era la toma de Abánades y Saelices, para, en un segundo empuje, cortar la Carretera de Francia, interrumpiendo así las comunicaciones enemigas entre el centro y Aragón. En caso de éxito se preveía el avance hasta Sigüenza, en manos franquistas desde octubre de 1936. Según el plan, la fuerza de maniobra avanzaría en dos masas, una por el este (hacia Saelices) y otra por el oeste (hacia Abánades), manteniendo la presión por el centro. Habría que aprovechar el elemento sorpresa, infiltrando a las unidades atacantes a través de las barrancadas y evitando en un primer momento los ataques frontales contra los cerros fortificados.

Imagen de La Batalla Olvidada 2019 gentileza de Ángel Fotografía
Las tácticas de infiltración previstas, que tan buenos resultados dieron al Ejército Popular de la República en Brunete, Teruel o el Ebro, no pudieron llevarse a cabo en Guadalajara. La mayor parte de las fuerzas bajo el mando de Mera llevaban demasiado tiempo en un frente estático, y se mostraron incapaces de coordinarse adecuadamente. La concentración de tropas no pasó inadvertida para el enemigo, y la aviación franquista comenzó a castigar a los republicanos desde el primer momento con total impunidad, pues la fuerza aérea republicana no hizo aparición en toda la batalla. El inicio de la ofensiva, previsto para las 3 de la madrugada del día 31 de marzo hubo de retrasarse por problemas logísticos y de indisciplina. La infiltración y la sorpresa fueron sustituidas por la clásica preparación artillera y el avance frontal. Doce horas más tarde de lo previsto, a las 15:00, a plena luz, los soldados de Mera asaltaron las posiciones enemigas.

Itinerario para evacuar a los heridos republicanos durante la batalla
En la primera jornada de ofensiva, y pese a las circunstancias adversas, la 5ª División logró tomar posiciones importantes del sector occidental: Majada Alta y el Vértice Cerro cayeron en manos de su 2 brigada mixta, y la 39 se apoderó de varias cotas en el entorno de El Viso. La infantería franquista, en retirada, se parapetó en parideras cercanas. Por contra, en el sector oriental, la 14ª División encontró serias dificultades: la 98 brigada mixta logró tomar Ribarredonda, pero su avance era muy lento. Y la peor parte se la llevaron los hombres de la 70 brigada mixta, que se estrellaban contra La Mocasilla y el Puntal de Abejar, sufriendo un 30% de bajas en solo unas horas.

El Capitán Doroteo Dueñas murió el 16 de abril de 1938 en la defensa de la posición del Puntal del Abejar en Sotodosos  
El 1 de abril los republicanos prosiguieron su avance. Al este, la 70 brigada mixta continuaba sus intentos infructuosos contra La Mocasilla, logrando solo tomar alguna avanzadilla, pero la 98 logró tomar Calabazas, Millán y Montecillo, las cotas al norte de Ribarredonda. Al oeste, la 2 brigada mixta se apoderó de la cota 1118, al sur de Abánades. La 39, apoyada por carros y artillería, emprendió varios asaltos infructuosos contra Las Lastras y El Rondal, que se defendieron con éxito hasta última hora de la tarde, cediendo ante un batallón de la 2 brigada que colabora en el ataque. Abánades, a merced de los republicanos que controlaban ya los cerros de su entorno, cayó al final del día. Los franquistas se retiraron al norte del Tajuña, pero su debilidad era solo aparente: los refuerzos de la 75ª División y otras fuerzas vecinas habían comenzado a afluir, y la curtida 152ª División Marroquí había sido enviada al frente de Guadalajara.[2]

Documentos: AGMAV
Fotografías: Ángel Fotografía
Textos: Luís Antonio Ruiz Casero