Durante los primeros meses de la contienda no existía un frente definido en la comarca de Abánades. El desconcierto y el caos producido por la falta de información, a pesar de existir una radio en el pueblo, eran los dueños del paisaje.
Abánades en los años 30 |
Unos y otros tomaban pueblos que luego abandonaban por no disponer de fuerzas o suministros suficientes para defenderlos. Parece ser, ante tanta incertidumbre, que colmeneros y pastores eran la única fuente de información solvente y fiable, tanto para unos como para otros, ya que eran los únicos que se movían con absoluta naturalidad por la zona. Ante este escenario de permeabilidad, por un lado, y descontrol, por otro, nos cuentan, los mayores del lugar, que se inició un doble éxodo de población civil. Las gentes de izquierdas se trasladaban en masa a Cifuentes y las de derechas lo hacían en dirección a Alcolea, presagiando lo inevitable.
Interior de la Casa del Callejón (hoy de Gonzalo) |
En noviembre de 1936 un escuadrón de caballería del regimiento de la Victoria formado por 200 efectivos y proveniente de Alcolea, toma el pueblo oficialmente para el bando rebelde. Poco después, el día 3 de enero de 1937, las Milicias Aragonesas (que acaban convirtiéndose en la 72 Brigada Mixta) conquistan Abánades y lo mantienen hasta la gran ofensiva italiana del 8 de marzo. Desde ese preciso instante y hasta la primavera de 1938, en la que el pueblo queda en tierra de nadie después de la ofensiva republicana, la población, como cabeza de sector, albergará a mandos y servicios como intendencia, transmisiones, municiones, etc., que se hospedan en las grandes casas del pueblo, conviviendo día a día con los abanadienses.
Detalle de la Casa del Callejón |
Primero, el escuadrón de caballería; luego las fuerzas italianas, de triste recuerdo para el pueblo; y más tarde, a partir de julio de 1937, el primer batallón del regimiento de Gerona Nº 18, que cubre posiciones en la zona e instala su puesto de compañía y una centralita telefónica con 8 líneas en el pueblo. El batallón lo formaban unos 800 hombres y siempre había una compañía de descanso en el mismo pueblo. Imaginaos el ambiente castrense. Los paisanos, a cambio de unas monedas, lavaban la ropa de los soldados, transportaban el rancho y todo tipo de material a las posiciones y participaban también del ocio de la tropa en bailes y conciertos como el que protagonizó el tenor Miguel Burro Fleta en El Rondal y que dedicó a las mujeres abanadienses.
La Casa de la Flora durante una recreación histórica de la Asociación Frente de Madrid |
Vamos a iniciar un viaje en el tiempo recorriendo todas las casas que fueron utilizadas por los soldados y que, todavía hoy, mantienen su encanto, y en las que parece que el tiempo se ha detenido. Prestaremos especial atención a las huellas y a los restos que todavía hoy se conservan e intentaremos darles un sentido, tanto por la información oral aportada por los que entonces eran jóvenes y niños y aún viven, como por el material de archivo facilitado por nuestro colaborador Julián Dueñas Méndez.
Vista general de la Casa del Martín |
No solo observaremos las casas y oiremos sus historias, también lo haremos con edificios singulares como la escuela, hoy convertida en Museo Histórico, y otros lugares inquietantes que nos trasladarán a un Abánades tétrico y oscuro, como la Covacha Negra. Espacios, personas, personajes y anécdotas que descubriremos, poco a poco, en este mismo blog. Si estos contenidos que publicaremos e ilustraremos puntualmente os resultan interesantes, y así nos lo hacéis saber con vuestros comentarios en Facebook y Twitter, los materializaremos transformándolos en una visita guiada por el pueblo de Abánades. Será una visita original y creativa, no os quepa ninguna duda.
No nos perdáis la pista, que la cosa promete.
Interior de la Casa del Callejón
Fotografías: Félix Moreno Palomero, Ismael Gallego Puchol y Diputación de Guadalajara.
Texto: Ismael Gallego Puchol
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Un aplauso por la iniciativa
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