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Fachada de la casa del callejón |
Se trata de una típica
casa rural que, en apariencia, no nos transmite nada, pero que debajo de su
piel de piedra y cemento guarda un verdadero tesoro. No solo conserva intacta
la estructura original de finales del siglo XIX y principios del XX, sino también,
y sorprendentemente, gran parte del mobiliario y de la decoración de los años
30 y 40. Esto es debido al cuidado, empeño y mimo de la familia López Romo,
actuales propietarios, que disfrutan de la vivienda durante el placentero
estío. Y sobre todo, lo es por Francisca Romo (conocida entrañablemente como
Quika). Ella, una mujer de una personalidad tremenda, es la responsable de que
hoy podamos contemplar ensimismados en el suelo de la cocina de la casa, junto
a la chimenea, las marcas y señales que dejaron los cuchillos y las hachas de
los soldados de intendencia durante sus labores de despiece y corte.
Sencillamente impresionante.
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Suelo de la cocina |
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Suelo del recibidor o entrada principal de la casa |
Según toda la
documentación de la que disponemos y los testimonios de los vecinos, la casa
fue ocupada por los servicios de intendencia del Primer Batallón del regimiento
de Gerona n.º 18. En la casa se conservan las llaves de la luz de porcelana, el
suelo, las camas, las sillas que seguramente utilizaron los mismos soldados.
Pero lo más impactante, como apuntamos anteriormente, son sin lugar a dudas las
marcas o cortes que dichos soldados dejaron en el suelo de la cocina y que
podéis apreciar en la imagen adjunta.
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Sillas y fuelle de época en la cocina |
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Uno de los dormitorios de la casa |
La Casa del Callejón es
una casa que, con una mínima inversión, podría convertirse en una Casa Museo
muy digna para ser visitada.
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El reclinatorio de Doña Francisca |
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Escena religiosa impresa sobre cartón. Posiblemente la Virgen y el Niño con San Juan Bautista. |
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