“Al día siguiente los combates
fueron aún más duros”, como recordaba Cipriano Mera en sus memorias. El avance
se ralentizó y se hizo más penoso. La 39 brigada se encontraba frente a La
Nava. Sin carros y hostigada por la aviación, sus asaltos contra los fortines
no tuvieron éxito. La 6ª División envió a su 66 brigada para tomar el relevo,
pero sus intentos también se saldaron con un fracaso. En el sector oriental, la
70 brigada mixta retomó el ataque contra el Puntal del Abejar con más fortuna.
Con el apoyo de la artillería y los tanques logró tomar uno a uno los fortines
enemigos. Su avance prosiguió hacia el norte, y rubricó su jornada con la toma
de la cota 1206 frente a La Molatilla.
La Batalla Olvidada 2019. Imagen cortesía de Ángel Fotografía |
Al amanecer del 3 de abril, los
refuerzos franquistas de la 152ª División emprendieron un contraataque contra
la 66 brigada en La Nava, ganándole algunas posiciones. Con el apoyo de
tanques, los republicanos recuperaron parte del terreno perdido. En los flancos
de la 66, las brigadas 2 y 39 trataron de envolver La Nava. Por la izquierda,
la 39 brigada tomó la cota 1120, alcanzando el vértice Valdelagua, aunque el
contraataque de la 1ª bandera de la Legión la obligó al repliegue. Por la
derecha, la 2 se estancó frente a la cota 1190, no consiguiendo confluir con la
39 y cerrar la pinza. Entretanto, en el sector oriental, al final del día se
tomó La Molatilla, quedando Sotodosos bajo una seria amenaza.
Itinerarios del Ejercito Franquista para la evacuación de heridos durante la batalla. |
Mera comenzó a emplear sus reservas
el día 4. Parte de la castigada 39 brigada fue relevada. La 138 brigada ocupó
la línea de la 2, por lo que esta quedó con las manos libres para asaltar la
cota 1190 con todas sus fuerzas, cayendo finalmente en sus manos por un ataque
desde el flanco derecho. Con la ayuda de tres carros, la 66 brigada coronó la
toma de La Nava haciendo abundantes prisioneros. Algunos soldados franquistas
que huían se refugiaron en una paridera al noroeste del fortín, quedando
aislados en mitad del avance republicano, que consiguió internarse dos
kilómetros hacia el norte. Para el mando franquista se trataba probablemente el
momento más delicado de la batalla, pero los republicanos no lograron progresar
mucho más.
Fotografía cortesía de Silvia Flich |
En el avance de las dos masas del IV
Cuerpo, una posición había quedado entre medias, formando una cuña en la línea
republicana. Se trata de La Mocasilla, el último baluarte franquista en las
tierras altas. La 70 brigada mixta se empleó a fondo en su captura, pero las
adversidades se sucedían. La aviación franquista, cada vez más numerosa,
continuaba hostigando el avance, y los tanques propios eran reacios a atacar,
cayendo en situaciones de indisciplina abierta. Pese a que se tomaron algunos
fortines de las cotas bajas a lo largo de esa jornada y la siguiente, el
vértice de La Mocasilla permaneció en manos franquistas.
Entre los días 5 y 7 de abril llegó
el equilibrio al campo de batalla. El ímpetu de la ofensiva republicana se
diluía en acabar con resistencias locales, como la de los huidos de La Nava. La
I bandera de la Legión y el III tabor de Alhucemas asaltaron repetidas veces la
cota 1120, clave en la recuperación de La Nava, pero los defensores de la 39
brigada resistieron. Al día siguiente se redoblaron los esfuerzos. Con ayuda de
una importante preparación artillera, legionarios y Regulares desalojaron a los
defensores. Su asalto se complementó con el del 3 batallón de Arapiles y el
Tercio de Nuestra Señora del Camino contra la 2 brigada mixta, en el otro
flanco de La Nava. También se saldó con éxito. Con este movimiento envolvente,
la posición, en manos de la 66 brigada, quedaba muy comprometida, y los defensores
fueron empujados hacia el sur. No se logró expulsarlos totalmente de la meseta,
y los republicanos supervivientes se reagruparon en uno de los fortines –La
Nava 3, en la cota 1159-. Los atacantes intentaron proseguir su avance el día
siguiente, pero sus asaltos fueron rechazados frente al Vértice Cerro y el Alto
de la Casilla (cota 1145), posiciones defendidas por la 138 y 39 brigadas
mixtas.
Cipriano Mera visitando el frente. Archivo Rojo |
El frente no se reactivó hasta el 16
de abril. El mando franquista dispuso que se emprendiese una contraofensiva
para eliminar el entrante oriental tomado por los republicanos. Había de
ejecutarla una brigada de maniobra compuesta por cinco batallones de la 152ª
División. Apoyando a la infantería, una importante masa artillera (hasta 22
baterías). Los batallones se habían reforzado con morteros adicionales, a fin
de concentrar un cañoneo de gran intensidad que abrumase a los defensores. Tal
potencia de fuego iba a desatarse contra el 109 batallón de la 28 brigada mixta
republicana. A las 8:50 comenzó la preparación artillera contra La Molatilla.
Tras dos horas, la aviación culminó el bombardeo, y las tropas se lanzaron al
asalto. El 109 batallón, atacado
simultáneamente por tres flancos, se replegó al Puntal del Abejar, sufriendo
muchas bajas en la retirada. Las bocas de fuego franquistas se concentraron
sobre esta posición, pero pese a los consecutivos asaltos, los republicanos no
cedieron.
Fotografía cortesía de Silvia Flich |
El 17 de abril no decreció la
presión artillera, pero no se produjeron nuevos asaltos hasta la noche del día
siguiente. Los regulares se lanzaron contra La Mocasilla y el Puntal del
Abejar, así como contra las posiciones en torno a Abánades, pero fueron
frenadas por la resistencia republicana. Con esos últimos intentos, la
contraofensiva –y la batalla misma- se podían dar por finalizadas.
Los objetivos de unos y otros no se
habían cumplido: los republicanos no consiguieron cortar la Carretera de
Francia, ni distraer fuerzas del frente aragonés, mientras que la
contraofensiva franquista se estrelló contra las defensas republicanas. La
ganancia territorial para el IV Cuerpo fue exigua, de un valor estratégico
limitado al control de varias alturas y un puente sobre el Tajuña, en Abánades.
Las cifras de bajas sobrecogen: los republicanos sufrieron más de 4000 (3716
heridos y enfermos, 292 muertos, 52 desaparecidos más un número indeterminado
de bajas en la contraofensiva franquista), y los franquistas en torno a las
2885 (319 muertos, 1495 heridos, 671 desaparecidos, más unas 400 bajas sin
contabilizar, la mayoría sufridas por el 2 batallón de Milán). El total
asciende a un mínimo aproximado de 7000 bajas. La tenacidad de los hombres del
IV Cuerpo, fuera de toda duda, le reportó a Mera su ascenso a teniente coronel.
Ilustración de Alfredo González Ruibal |
[1] Gracias a Julián Dueñas por su
ayuda desinteresada en la cesión de documentación inédita sobre los combates
del Alto Tajuña y los Montes Universales procedente del Archivo General Militar
de Ávila (AGMAV), así como por sus correcciones sobre estos particulares.
[2] Los franquistas llegaron a
desplegar unos 40.000 hombres en el Alto Tajuña en esos días. En el caso del
Ejército Popular las estimaciones son más complicadas, pero rondarían los
30.000 soldados.
La Batalla Olvidada 2019. Imagen cortesía de Ángel Fotografía |
Documentos: AGMAV
Fotografías: Silvia Flich y Ángel Fotografía
Ilustración: Alfredo González Ruibal
Textos: Luís Antonio Ruiz Casero
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